domingo, 30 de noviembre de 2014


ACTO DÉCIMO


"apartado es un espacio, no un lugar. un razonado trozo obvio e infinito; permanente. tosco llego arrastrando pedazos líquidos sin saber, con desechos y sañas que lo obligaron a sucumbir en conglomerados. ¿y porque todo esto? por alejarse de mi alma, de mi infancia, de mi sexo. las luces no se apagan solas...."

me he quedado atravesado por el metal caliente de las palabras. rico calor espeluznante y diccionario profético de presunciones. yo soy un horizontal que intenta balancear el contenido bruto de la tierra poética y sin embargo siempre las industrias ganan. matan. de la nada sale algo... parece que tengo que caer en el pozo de la mierda siempre. ¿cuantos más debemos derrochar ilusiones y mentir?. es el costo de vivir en este mundo. 

miércoles, 4 de junio de 2014

            ACTO NOVENO
         

La incongruencia de la fealdad entre tu yo y lo interior de mi me llevó a montarte en espíritus y salvarme de la espesa capa celestial hecha de carne.  Ese recuerdo de hormiga, es tan pesado que mis miembros simularon fortaleza; aunque fui vidrio normalizado. Pero la memorización histérica zafo la tonelada manchada que cargo; la vida prevista y maternal (esculpido tótem) todavía no nace. La figura de mi muerte me seduce, me llama y me coge, absorbiendo lo mejor que tengo y espero me rescates del súper yo. Sigo la idealización tuya que ignoras y es tanto el asco que tengo que no se que hacer, si sacar un crédito o masturbarme.         Una habitación llena de hielo, un derrumbe, se asemeja todo con la insuficiencia de nuestros días; aquellos sortilegios tan encantadores (ambos sexos) que penetramos. Yo preñarte de innumerables castigos sagrados, como un juez que condena, como esfinge develada en tu vientre y vos asesinando la realidad, llorando por la fornicación de bisturíes y tijeras en manos de hechiceras clandestinas. Mira a tu alrededor y veras los fantasmas de tu antojo.          

viernes, 23 de mayo de 2014

ACTO OCTAVO

Quiero comenzar a escribir sin mensajes, con la imposibilidad de que me refutes todo y en todo esto que soy; yo comprendo que las anchas márgenes, y de tan somera que resulto la inevitable calamidad en tus minucias, más, tentempié y pusilánime vegetariano toxico y marmota, rebotando las tantricas naranjas malintencionadas, cayendo en mi somier de resortes trémulos… mi imposibilidad,  nuevamente de frente a tu expresión tan visionaria y milimétrica, marcándome con tu dedo de jirafa.
Transmuto en la ropa homosexual y me detengo para sentarme a descansar histérica. Ya desplomada, con el orificio abierto, la luz desde el ano selenita es hermosamente brillante. Tergiversado por morsas crepusculares,  impongo el feto que sale de adentro, clavado es superficies blancas y lisas. Chorreas de ideas que nada tienen que ver contigo. Fecundo el huevo gaseoso y espanto los insectos con bolsas de polietileno made in chota.

Yo quiero decirte que te amo.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

ACTO SÉPTIMO   

            Observador. Preferible e incomprensible el asma  inequívoco, destellante. Sarta empobrecida desde el miasma nacido en tu aposento y vigoroso tu efusión dramático, que en mi disfraz aterrador, recibí como un manto de rocas. Llegar llorando para enmudecer las perdidas, no comprende el sentido (señal de éter profundo). Cada vez más difícil, cada vez más oscuro, cada vez más austero, cada vez más efímero.  Deberías dejar de decirme siempre la misma pregunta: ¿para que? Si sabes que no existe en mí eso que tanto buscas. Claro que hablo así, trato de que te pierdas para que no me encuentres.  Tan natural y cimarrón, la jauría galopa a tropel  para matar. Todos crían cuervos. Yo lobos. Mi misterio será cruz y olvido entre serpientes y rosas. Alguna vez nací y volando llegué al acantilado para anidar. Después de creer durante mil años decidí convertirme en pájaro y no obstante pude revelarle el misterio al leproso, amigo indiferente. Quien más escucharía al que llaman indigno de ti. “Piedad por mi” le dije y en su mirada vi muchos caminos, esos que estoy mostrando ahora mismo.
         Hice tu canción y me anhelaste; hizo tu hechizo el mastodonte y pueril uñas engendraron el rasguño nacarado en mi corazón. ¿Sabias que tengo un hogar aquí? No te has ido; invoco el día por tu nombre y la noche llega sola. Sin una ni otra es indivisible tanto horror.  Más caminos entre bosques y desiertos. El tiempo y tan relativo espacio me envió al mar helado. Allí viví entre osos y ballenas que luchaban y acariciando el hielo reactivé la psiquis mutante del emporio construido en tu laberinto espeso.  Solo los altos valles emprendieron el girar del mundo en que vivía, potente y fugas tu espanto, igual al mío.
         Me senté a esperar el paso fantasmal de mis sombras y conté una a una las nociones inexistentes que cultivábamos, ridículamente, en éxtasis anales. 
        


martes, 10 de septiembre de 2013

ACTO SEXTO

Bajo la tierra mil lombrices escuchan el quejido sonámbulo, y despertaste para sonreír frente a un espejo. Vidrio sínico y fugas. Que la luz robada de las nubes no se te suba y creer que esa corona vaporea te hace diferente, no habilita a que el amor haga arrullo en tus cuencos. Toda esa riqueza encendería la fogata (que gran combustible lleno de caminos y carteles hacia la maravilla sin conejos y reyes) para tu desierto salado. Mira que la lupa de Jesús se lee todos los días, en el afán de conseguir una huella que llegue hacia donde no se quiere llegar. Si pudiera no volar; si estar enterrado no me permitiera aunque sea respirar pero si estoy parado en la gran pirámide, con halcones revoloteando y espíritus andrajosos que asustan… mancha la roja tinta que surge sin querer, yo la detengo pero el diagnostico me dice que es un derrame cerebral. La jauría acecha.
 Me contaron los sapos que me esperan. Dicen que mis hermanos no me extrañan, no recuerdan la estética, ni la somnolencia de aliento. No quedó nada para recordar porque nací.
Un día no existe. Una noche tampoco. Tenemos los boletos para subir al tren y no subimos. Comprar en un shopping es suicidarse miles de veces. Dicen eso…

Yo y mi fiel ignorancia andamos juntos pero desfasados.  Quiero sentir que alguien del otro lado pueda absorberme y me quedaría más tranquilo, no me haría cargo de los lobos y serpientes que salen libres. No necesitaría disciplinar tanto. Mirar, que unidos podemos recrear, tan solaz, el pasatiempo activo del respiro.   

lunes, 9 de septiembre de 2013

ACTO QUINTO

         Hoy hay un individuo: otro uno, solitario y prefiriendo estar. Angustia y ansiedad; la tristeza te asesina. Anuncio para mariposas neónicas que se encienden al clic de los sueños. Y el malabarístico hablar, lanzador de pétalos y flechas, diseñó la carcaza y acapara todo el radio de su imperio grande y mutante, una línea de murallas y serpientes que rodean los vacíos imberbes que creen saber misterios. No son ciertos, pero ellos insisten con la evasiva; sofismo apagado y tan ridículo para confiar. ¿Has notado eso? He llegado hasta aquí sin saber que decir.
         (Tan breve, acotado. Siento que me voy; ya no estoy aquí. Soy insignificante a tal punto que cuando quiero verme comienzo a llorar. No me gusta lo que soy; algo impide mi avance. Tengo los grilletes puestos  más que nunca. Si los retirase volaría indómitamente y si… me llevarías por los campos elíseos y te gustaría verme así, tan niño)
         Cuantas preguntas para un solo corazón que dejaste varado en el puerto del tedio. Llamaradas y epidermis se combinan pero la quimera surge en las cosas más triviales. Luchas perdidas y sigue el conteo…, los resúmenes verbales suenan mucho mejor que tus recuerdos. Un desaparecido vuelve a eclipsarme el paréntesis que tiene mi tiempo, alguien sin que yo rememore golpea una puerta, insiste con su presencia y se va… así desaparece. ¿Qué es lo que veo en tu sonrisa agotada? Hay lágrimas en mis cascadas transparentes, fuego congelado, pétreo. El amor todo lo puede. Llegamos a relatar más que poesías incongruentes y poco reales, una isla llena de misterios (otra vez esas palabra, creo que es sinónimo de verdad) que se refiere a ciertas imágenes danzantes, donde lobos y gitanos copulan y ahí me siento… si, misterio. Soy feliz navegando en mi aquelarre anónimo, todo el siniestro mundo me consume y yo aullándole a la luna, toda ficción enmudecida por la apariencia sintética de tus senos.      

           
ACTO CUARTO
        Mi necesidad de silencio es abrumadora. Es un recuerdo de útero y anocheces, todo un entramado, un manto inequívoco y sutil. Mi recuerdo madre me contempla con ojos de carne e hídricamente un molino mueve la penuria en llamas que posee el alma, tan transparente como ese aire. Fluye nuevamente el porvenir irrisorio que es más adolescente y animal, ese rectar viejo que tenemos en los baúles de ancianidad y deslices sin permiso. Un reloj atrasado no me es fácil en tanto y en cuanto desvanezcas las cornisas de tus pestañas. Acariciado, mal humorado; entenderte es como beberte… sabores infalibles para el asombro que no llega todos los días por más que reniegue y las embotelladas sonrisas en oferta convencieron tantos rayos catódicos y fatales, despidiendo sinfonías atómicas.
Bailé con palabreros y magos escorpiones y siempre insistía que lo mejor del mundo fuiste vos: tan acotado espectro de mis visiones peregrinas. Todo queda formado en parafernalias ridículas, construidas con las sobras de frívolas promesas mal oradas y sentíamos novelas baratas de rezago, porque nuestra suerte se había ido al carajo de tanto firulete dominguero. Si me encierro en el arca de coral para navegarte sin sospechas, sin la desconfianza ocasional de los proveedores que fabrican los diccionarios en común a todos (ya te he recordado lo de la fosa y las flores marchitas que dejaron y re inventaron los novelistas consumidos y que el delirium tremen se los llevó) es solo un respirar puro de soles encuadernados, tan infantiles como los soberbios búhos, voladores y nocturnales poetas que luchan por salvar el acto de hacer nada.
Pobre poeta, pobre obrero de la construcción, pobre vendedor fracasado que no llegó a hacer los cursos de marketing que mandó nuestro Rey. ¿Te acordás cuando te dije que no tiraras los folletines con la guía para vivir?
Hoy comeremos en la cama y yo seré tu hombre huevo.